Hablar de Los Miserables es hablar, posiblemente, del musical más espectacular creado hasta la fecha. Hablar de Los Miserables es hablar de una obra redonda, tanto en su versión escrita, como en su versión teatral. Los Miserables es una obra que cambia la vida de todos aquellos que participan en su montaje, así de simple, así de impresionante. Su historia habla de sentimientos, de ideales, de la lucha por lo imposible, bajo el ideal romántico de la libertad, el AMOR y la misericordia.
Intentar llevar a escena este musical es ya, de por si, una historia que bien valdría una nueva novela. Intentar llevar a escena este musical es embarcarse en un proyecto titánico e inabarcable que, de un modo u otro, jamás termina. Dar la vida en la barricada, es semejante a realizar este musical: por su complejidad, tanto escenográfica (barricadas, puentes, calles de París, tabernas, prisiones, cloacas...), como interpretativa (los personajes, probablemente, sean los más complejos que se hayan visto en un musical).
Puede resultar absurdo intentar convencer de su dificultad a alguien que no conoce Los Miserables, para vivir este montaje, lo mejor es afrontarlo con frialdad: con la épica que derrocha cada uno de sus temas, a lo largo de sus tres largas horas de duración, a través de sus escenarios, sus vestuarios, el mensaje que se ve en la oscuridad de sus personajes... Para vivir este montaje es preciso vestirse de harapos y caminar entre los miserables del París del siglo XIX, disfrutar con la complicación del rápido cambio de atrezzos, telones, escenarios, luces, efectos... Como una mega-producción del mundo del celuloide, Los Miserables se proyecta en el escenario con la ilusión de la película de un director novel: Frágil y poderoso, niño y anciano, cariñoso y arisco...
HISTORIA
En la Prisión de Toulon, el presidiario número 24601, llamado Jean Valjean, recibe su pasaporte amarillo de libertad condicional tras 19 años de encierro de manos del policía Javert. Por su condición de ex-presidiario no se le permite la entrada en ninguna posada ni se le da trabajo. Su suerte cambia al llegar a Digne, donde el Obispo lo acoge en su casa. A pesar de la buena disposición del religioso, Jean Valjean, cegado por su odio al mundo, le devuelve sus cuidados robándole los cubiertos de plata. Es apresado y llevado de vuelta ante el Obispo para ser denunciado, pero el buen hombre asegura haberle regalado los cubiertos y le obsequia además con dos candelabros de plata. De esa manera, el Obispo compra para bien el alma de Jean Valjean, quien a partir de ahí, y tras una delirante y desgarrada reflexión, rompe su pasaporte amarillo y se convierte en un hombre nuevo.
Diez años después, Valjean y Cosette viven en París, donde se está fraguando una revolución. Lamarque, el único político que defiende los derechos del pueblo, cae enfermo y muere. En ese momento se inicia la rebelión de la mano de los estudiantes, liderados por el apasionado Enjolras. Entre estos jóvenes revolucionarios se encuentra Marius, quien cierto día conoce a Cosette y se enamora perdidamente de ella para desgracia de Éponine, una mendiga hija de los Thénardier y que adora en silencio a Marius desde hace mucho tiempo. En las calles se levantan barricadas y Marius, quien piensa que Cosette va a marchar pronto a Inglaterra, le envía una nota con Éponine, que es interceptada por Valjean. Éste decide unirse a los revolucionarios, entre quienes también se ha infiltrado Javert, para poder velar por Marius. A partir de este momento, muchas vidas se pondrán en juego.
ANÉCDOTAS Y CURIOSIDADES DE LOS MISERABLES
Nuestra primera barricada, la que utilizábamos en los ensayos, se componía de unas diez sillas de color verde unas encima de otras.
Para hacer la auténtica barricada, se necesitó la ayuda de todos los componentes del grupo. Primero se hizo un diseño aproximado de la estructura. Lo más divertido fue la parte práctica, que llegó cuando nos tocó salir a la calle a recoger muebles desechados. Estuvimos una tarde entera entrando y saliendo del teatro para llevar ¡¡BASURA!! Mesas, sofás, palés, maderas… Todo tuvo cabida en nuestra barricada. Al final, cuando estuvo montada, todos quedamos muy satisfechos con el resultado y el trabajo en equipo.
La barricada estaba formada en su base por tres enormes estructuras de metal. Como no había manera de meterlas entre bastidores, todos los días había que bajarlas desde el altillo y volver a subirlas, con lo que pesaban. En uno de los ensayos, una de las estructuras cayó contra una pared, con tan mala suerte que dio contra la tubería de un radiador. Las baldosas se rajaron, el suelo se llenó de escombros y empezó a salir agua a chorros. Nos volvimos medio locos para conseguir arreglar medianamente la avería. ¡Y es que este teatro está hecho TRIZAS!
En la parte de la barricada, Aparicio, que era el primer estudiante que moría (para que le diera tiempo a vestirse de Thénardier), saltaba hacia el otro lado para desaparecer de la vista. En un ensayo, con las diez sillas verdes, una de las sillas se dio la vuelta cuando Jesús iba a saltar y se dio tal golpe que tuvo que salir de escena arrastrándose. Curiosamente, Rocío tenía allí la cámara y lo grabó todo…
La ropa de los pobres tenía que estar andrajosa y sucia. Así que, el día que todo el mundo se presentó al fin con el vestuario, abundaron los tijeretazos. Cortamos bolsillos, mangas, botones... Fue una verdadera terapia antiestrés destrozar todas aquellas ropas. Además, dado que el foso necesitaba una pequeña limpieza, decidimos hacerla con las camisas, pantalones y faldas que nos íbamos a poner en la obra…
En los ensayos de “La Prisión”, Esmeralda se rompió dos pantalones vaqueros cuando se agachaba.
Para montar la barricada se empleaba todo el tiempo del intermedio entre acto y acto, lo que suponía que los actores y colaboradores no tenían ni un momento de descanso. Sin embargo, tenía que ser desmontada en cinco escasos minutos (en la parte de las alcantarillas de Thénardier) porque para la escena de Javert sólo podía haber un puente en el escenario.
El personaje de Thenardier será recordado por el público, sin duda, por escupirles agua (varias veces) en todas las representaciones. La cosa empezó porque el primer día, la gente no parecía estar demasiado entusiasmada con él y este, enfadado, les echó agua para despertarlos: “Eso porque no aplaudían…”, nos dijo. El alcance del escupitajo era de tres filas.
Esmeralda, para hacer de Valjean, tenía que ponerse barba. Probamos en el ensayo general un material llamado “crepe” que iba pegado con un pegamento especial. La barba quedaba genial, pero se dio la mala suerte de que a Esmeralda le daba alergia, así que en las representaciones tuvo que pintársela con un corcho quemado, que tampoco quedó tan mal.
En la clausura, de repente se descolgó medio telón y Javi, Jorge y Álex Álvarez subieron a arreglarlo, los dos últimos vestidos de Enjolras y Marius con abrigos y todo… Menudo calor, ¡qué mal lo pasaron!
Al finalizar las escenas de la barricada, Valjean tenía que llevarse a Marius cogido. No fue tarea fácil, pues Álex le sacaba una cabeza a Esmeralda. En la segunda función, Esmeralda no cogió el impulso suficiente para levantarlo y los dos volvieron al suelo. En los ensayos fue peor, porque una de las caídas fue por las escaleras…
En la barricada, siempre llegaba Javi por detrás a darle las buenas noches a Marius (en el mismo momento que lo hacía Enjolras). Un día incluso se atrevió a ir en calzoncillos.
Álex Álvarez tuvo una lesión en la tercera función, cuando Valjean, se lo echaba al hombro. Debió de pinzársele algo, porque aunque hacía de inconsciente, se le escapó tal chillido que Valjean tuvo que bajar corriendo las escaleras. Entre bastidores se retorcía de dolor y pasó lo que quedaba de obra sin apenas poder ponerse de pie.
En los primeros ensayos de “La Prisión”, Esteban utilizaba un paraguas plegable a modo de bastón de mando.
Un detalle curioso es que Esmeralda se dejó en dos ocasiones el pasaporte amarillo en la mesa del Obispo. La primera vez salió vergonzosamente del paso rebuscando en la basura que le habían metido los de atrezzo en el saco y encontró una bolsa de “Cheetos” para romper. La segunda vez hizo el gesto en el aire porque no había ningún papel a mano. El gesto fue simbólico.
María Cantero se enfrentaba a una compañera de la fábrica cuando ésta le quitaba una carta en “Nuestros Días se Van”. La mencionada compañera era Bea Flores, que había sido la co-protagonista de Chicago el año anterior junto a María. Fue sin duda, un guiño muy original volver a ver, de nuevo, enfrentadas a la señorita Roxy y Velma.
Curiosamente, David Barrios , el actor que había hecho de Obispo, salía en la escena de “Bellas Chicas” yéndose de juerga con las prostitutas…
El carro fue fabricado por Jesús Aparicio, Javi y David Barrios con unas cuantas maderas que nos pasamos una tarde entera pintando en el teatro. Todos nos llenamos de pintura, los lavabos se pusieron buenos de chorretes marrones y negros… Al final, acabamos lavándonos las manos directamente con el aguarrás.
Además, el mencionado carro se rompió en las cuatro representaciones, así que los fabricantes no tenían más remedio que repararlo todos los días.
El diseño de la verja de la casa de Valjean dio problemas, pero acabaron solucionándose con un poco de papel pinocho verde y rojo y el ingenio de las chicas que se comprometieron a decorarla. Al final, se componía de una reja negra llena de flores y enredaderas de papel sujeta por unos tablones de madera enganchados con alambres, una torreta que parecía de mármol y un biombo de alambre.
La actriz que hacía de Cosette niña, María Álvarez, es una de las que más palos se llevó en la obra. Además de ser la más pequeña del grupo era curiosamente la hermana de Álex, que hacía de Marius. Uno de los días, Elva y Jesús fueron tan realistas en su actuación que la pobre niña bajó llorando al foso. María Cantero también se lleva una buena paliza en “Nuestros Días se Van” y a Esmeralda le tiraban del pelo de verdad los guardias que la detienen.
En la clausura, cuando Javert tiró contra el suelo a Thénardier en “París”, éste cayó encima de una de las trampillas y la desclavó un poco. En la siguiente escena, “Estrellas”, Esteban estuvo todo el tiempo moviéndose por la zona de la trampilla. Desde el foso, toda la compañía estuvo con el corazón en un puño por si Esteban se colocaba encima y ésta cedía. Llegamos a poner debajo el colchón de la cama de Fantine por si se caía, para amortiguar el golpe. En el descanso, Javi la volvió a clavar.
De tanto haber movido la verja entre bastidores, el día de la clausura, el biombo que hacía de puerta se desenganchó. Se puede ver en el vídeo de la clausura a Esmeralda pasarlo mal sujetando la verja porque se venía abajo. Da la impresión de que a Valjean le importa poco la aflicción de Cosette, pero es que en esas circunstancias…
La voz que utilizamos para el papel de Marius era la del genial Carlos Marín. Se ve que en su día tuvo un desliz, porque en la canción de “Un Día Más”, se oye perfectamente cómo le canta a Cosette “No he vivido sin tu AMOLLLL”. Lo raro es que casi ninguno se había dado cuenta del detalle hasta que Esteban lo mencionó en un ensayo. Después del comentario no pudimos volver a hacer la escena sin reírnos.
En la “Batalla Final”, un día Jorge, al caer, se dio un golpe en la cabeza y estuvo mareado hasta “Sillas y Mesas Vacías”. Otro día se rompió una uña del pie.
Uno de los estudiantes que más originalmente se moría era Carlos Maestro (conocido por todos como “Bosco”), que se quedaba encasquetado entre las patas de una mesa puesta del revés.
Las velas que llevaba Valjean en el “Epílogo” no se sujetaban bien en los candelabros y siempre parecía que estaban a punto de caerse. Además, Esmeralda sacaba las velas a oscuras y entre los telones, por lo que Jorge decidió tener siempre a mano un extintor por lo que pudiera pasar.
Un día en “Nuestros Días se Van”, cuando Bea y María se peleaban, María pisó las zapatillas a Bea y ésta se quedó totalmente descalza en el escenario. Ninguno de los actores pudo aguantar la risa al ver las dos zapatillas abandonadas en medio del escenario…
Haciendo limpieza en el foso, se encontraron varios pares de guantes perdidos en CHICAGO el año anterior.
Algunos actores llagaban a cambiarse de vestuario hasta diez veces por representación.
Cada día variaban detalles del vestuario de la masa, porque no daba tiempo a salir al escenario de manera perfecta. Algunos actores y actrices tenían que cambiar, por completo, su vestuario, en menos de diez segundos.
En la barricada en plena función un día no se pudieron sacar los vasos porque desaparecieron y nos encontramos con las manos vacías para beber
Las muertes eran lo mejor; cada día los estudiantes tenían un percance nuevo...Jorge haciendo equilibrios entre los 2 armarios, Dunia que casi se nos mata y no llega a salir a escena porque tenía que saltar por detrás de la barricada para recoger las balas...
Los cambios de escenario era algo fundamental. Un día en lugar de poner un colchón para la muerte de Fantine, se puso el duro somier de hierro y madera a toda prisa, y a toda prisa tuvo que tumbarse la actriz para morir,... menudos chillidos pegaba por dentro del dolor al tirarse sobre el que creía que era su colchón blandito de siempre.
Lo mejor de los miserables sucede en la actividad de los pasillos y recovecos del teatro que no se ven. Era muy gracioso ver a mil personas ayudando a Cossete a vestirse de novia para la boda porque no llegaba; a todos mendigando mecheros y corchos para tiznarnos un poco más, bañando a Esmeralda en polvos de talco para poner canas a su pelo, mil desapariciones de objetos, y mil prendas compartidas por más de dos.
Esmeralda siempre luchaba con una Fantine que en su muerte se emocionaba, y se arrastraba tanto y tanto por el escenario convaleciente que luego había que, en volandas prácticamente, improvisar un empujón para que acabara tumbada en la cama.
El puente del Inspector Javert, ideado por el equipo técnico, pese a su perfección, tenía una pequeña pega, y es que se tambaleaba, en ocasiones, para los lados.
En mitad de la clausura uno de nuestros telones (concretamente el central más adelantado), se rompió, y tuvimos que salvar la obra como pudimos, utilizando un solo telón.
En la escena del Amo del Mesón, prácticamente se podía ver a los actores y actrices patinando entre las mesas, debido a la rotura de vasos y al agua que caía de las botellas, al brindar y hacer un poco el loco, durante la algarabía de la taberna.
Durante uno de los ensayos, sufrimos un intento de robo por parte de antiguos miembros de otra compañía que utilizaba, en tiempos, nuestras instalaciones. Tuvo que venir la policía para que todo acabara bien, de manera pacífica, y calmar un poco los ánimos.
En una de nuestra convivencias, Belén se ofreció a calentarnos unos callos, en su casa, y así se hizo, convirtiéndose la comida grupal de callos en toda una tradición que se ha venido manteniendo hasta nuestros días.
Seguimos batiendo records: En Los Miserables tuvimos un total de 40 participantes, superando el número de alumnos de los cursos pasados.
La Clausura de Los Miserables, fue la más larga, hasta la fecha, y la más vista y aplaudida, terminando, todo el elenco, en torno a Esmeralda, que se encontraba sobre el escenario, representando una escena del montaje del año siguiente (Cats) que el resto desconocía.
Por primera vez en su historia, TEATROSA pudo utilizar focos de 1000, 750 y 500 watios, controlados desde el altillo, previa consulta con la directiva del centro.
La primera compra que hizo TEATROSA fue para este montaje: una máquina de humo que aún se conserva y se utiliza.
El montaje de Los Miserables fue un record absoluto de público, superando todas nuestras previsiones.
COMENTARIOS DEL PÚBLICO
“Lo habéis hecho genial. Enhorabuena, seguid así”
“Sois los mejores. Que sigáis así por muchos años. No desfallezcáis nunca”
“Genialmente genial. Felicidades”
“Genial chicos, ¡¡Bravo!!”
“Habéis trabajado duro y os ha salido ¡¡Genial!!”
“Con vosotros el teatro vuelve a ser fresco”
“Que el pensamiento de la obra que habéis representado hoy, perdure siempre en vuestras vidas. ¡¡Y fantástico!!”
“El esfuerzo siempre merece la pena y vosotros recogéis el fruto en cada obra”
“Que sigáis con el buen trabajo”
“Que toda la vida lo hagáis con tanta ilusión”
“Ha estado maravilloso”
“Felicidades y gracias por vuestro tiempo y el de los padres”
“Felicidades por una obra impresionante, y la tranquilidad que se dio a su dificultad”
“Os quiero, felicidades. Llegaréis muy lejos. ¡¡Seguiremos soñando!!”
“Seguid trabajando así. Un beso”
“Sois los mejores”
“Habéis sido capaces de emocionarme. ¡enhorabuena!”
“Esta es la segunda vez, y cada vez lo hacéis mejor”
“Me ha gustado y es que nos habéis ayudado antes de nuestra representación, para conocer mejor nuestros personajes. Felicidades”
“Para estos grandes artistas que han hecho un trabajo muy bueno. Con cariño”
“Para los mejores de todos. Lo hacéis muy bien”.
“Habéis actuado muy bien, que lo hagáis más veces. Un abrazo”
“Para la mejor compañía de los miserables. Lo hacéis genial”
“Para una gente muy maja. Enhorabuena”
“Aquí están las futuras estrellas. Nos ha gustado mucho”
“Todo el grupo... ¡sois únicos!”
“Esta vez aun me ha gustado más. Seguid así... ¡¡artistas!!”
“Enhorabuena por un trabajo bien hecho”
“Como dice una frase de la obra, la mejor forma de encontrar a Dios, es amando al prójimo. Que sigáis dando Amor y alegría”
“Sois los mejores, ¡suerte desde ciudad de los muchachos!”
“Hoy os habéis superado”
“¡¡Rojo por la pasión por el teatro !! Gracias por vuestra ilusión y esfuerzo. Que no se pierda. ¡Miserables!”
“¡Habéis estado estupendos!”
“Enhorabuena. Mucho trabajo y mucha ilusión. Felicidades. Sois estupendos”
“Ánimo y adelante”
“Bravo por vosotros, la obra ha estado fabulosa y sois estupendos, ¡enhorabuena!”
“Chapó con el musical. Seguid así”
“¡¡¡Bravo!!!”
“Seguid así, cada año mejor. Esto merece la pena”
“Pedazo artistas. ¡enhorabuena!”
“Félicitations J´ui beaucoup aimé!! Bravo Desbisous”
“De todos los musicales que he visto, los miserables es uno de los mejores. Su propio nombre lo indica. Y de algo miserable, habéis hecho algo maravilloso. Del 1 al 10 un 15. ¡¡Mucha mierda!!”
“El título no es verdad, ya no sois “los miserables”. Habéis cambiado las cosas y sois todos “formidables”. Una gran enhorabuena”
“¡¡¡¡Ole!!!! Ánimo, seguid así con esa alegría en el cuerpo y esas ganas de actuar. Mucha suerte en las siguientes obras, ¡¡¡intentaré no perderme ninguna!!! Un besazo a esos actorazos tan majos”
“¡Enhorabuena por esta obra maravillosa!”
“Muchas gracias por hacernos pasar este rato tan precioso”
“Sobrecogedora en todos los aspectos, deberían pasarse dos sesiones seguidas”
“¡Felicidades, espero que sigáis así”
“¡¡enhorabuena!! La obra estupenda, se queda uno con ganas de repetir... Aquí andaremos de vuelta, y si no es éste, al año siguiente”
“Hola chicos, seguid así, sois los mejores”
“Excelente obra, todo esfuerzo tiene su recompensa. ¡¡Genial!!”
“Sois increíbles, chicos. Cada día lo hacéis mejor. Gracias por todo.”
“Realmente bello”
“Con mucho cariño y que sigáis trabajando tan bien, que sois muy buenos. Un beso”
“Esta obra me ha encantado y además lo dice el título: Los miserables. Mola ese título. ¡Besos para los artistas!”
“Os doy las gracias por lo que hacéis por los jóvenes a través del teatro. Un abrazo a todos”
“Para todos mis alumnos que ahora les toca el turno de enseñarme. Para los que no habéis pasado por mis manos. Para los que llevan todo el tinglado, por vuestra auténtica lección de salesianidad. ¡Gracias por refrescarme la memoria a todos!”
“¡¡De verdad de la buena que hay que felicitaros en toda regla!! Lo hacéis muy bien y espero que sigáis haciendo nuevas obras ¡¡y con el mismo éxito!!”
“¡Muchas felicidades a todos! Maravilloso, me habéis hecho recordar cuando tenía vuestra edad e hice la misma obra. Disfrutadlo”
“Exciting! Terrific! Breathtoking! Awesome! Amazing!... Estos con los adjetivos que ponen en Broadway y en Londres... Bueno, pues lo mismo en este Madrid Pre-olímpico, ¡Felicidades a todos!”
“Cojonudos”
“Sois unos verdaderos artistas; ha sido maravilloso veros actuar. Os deseo un éxito seguro, pues contáis con lo mejor, que es vuestro coraje y trabajo. Un abrazo para todos”
“Muchas felicidades a todos, enhorabuena por vuestra obra, esperamos que nos sigáis demostrando lo que sois capaces de hacer durante muchos años”
“Sois extraordinarios”
“Con cariño para esta magnífica obra de teatro y compañía, os deseo lo mejor”
“Hacía tiempo que no vibraba tanto con una obra... ¡¡¡¡Magnífico!!!”
“Sois muy buenos”
“Se ha salido la obra, chavales. Os lo habéis currado”
“Suerte, sois muy buenos”
“Me dedico al teatro y al cine, y chicos, ¡me habéis emocionado! Estupendo”
“¡Viva el teatro del colegio!”
“Todos y todas ¡Extraordinarios!”
“Esto es una obra y lo demás son tonterías. Lo mejor ha sido la ilusión que habéis mostrado”
“Me ha gustado mucho. ¡Sois geniales! Esperamos la próxima el año que viene”
“¡Artistas! Me ha gustado mucho la obra, ¡con lloro de emoción!”
“Oye chicos, enhorabuena ¡¡porque me ha encantado!!”
“Para esos artistas de Salesianos Atocha, ¡Seguid así, chicos!”
“Para las futuras estrellas, continuad con tanto entusiasmo”
“Es el primer día que os veo enteros. Sois geniales”
“Para esos pedazos de actores, la obra ha estado genial”
“Se os da de lujo actuar, seguid así de bien, y pasarlo muy bien actuando”
“Seguid así, que lo hacéis muy bien”
“Para los más miserables de los Salesianos. La obra muy bonita, y mucho monumento por ahí suelto...”
“¡¡Enhorabuena chicos!! Ha sido un espectáculo estupendo, el esfuerzo ha merecido la pena”
“¡Qué bonito!”
“Enhorabuena por vuestra representación porque es preciosa”
“¡Enhorabuena! ¡Lo estáis haciendo genial!”
“Sois los mejores actores y actrices que conozco, os ha salido genial... ¡Volveré! De corazón, enhorabuena”
“Todo muy bonito, que lo hagáis muchos años”
“Han pasado ya 10 años desde que una tarde de locura (no pasajera) a un grupo de piraos se le ocurrió que podrían representar “Los miserables” en el CJA. Me alegra ver que aquella locura aún sigue, por lo menos en alguno, y crece, contagiando cada vez a más gente... Es un honor haber pertenecido a esto, y poder ver que sigue. Un abrazo”
“Seguid así, y no paréis de hacernos soñar”
“Me encanta esta obra y todos sus actores, los de antes, y los de ahora. Sois los mejores”
“Me habéis sorprendido muy gratamente”
“Mucha suerte para el próximo. Espero verlo”
“Lo malo del patio de butacas es que nunca se lleva bien el “mono” de actuar. Síntoma de que la magia del teatro es irrepetible. Besos y enhorabuena a todos”.

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