Todo empezó cuando nos comunicaron que este año
nuestra vida teatral se iba a desarrollar fuera del teatro donde llevábamos 10
años actuando..., el teatro del colegio Salesianos de Atocha.
Esto significaba que TEATROSA emprendía una etapa
nueva..., era momento de llevar la magia del teatro a gente que no podía ir a
disfrutarlo.... Esto suponía moverse y entablar contacto con asociaciones,
centros culturales.... lo que nos llevó a la Fundación Síndrome de Down. Quizá algo
influenciados por mi pasión hacia este público, por haber estudiado y trabajado
en Educación Especial...., pero lo importante es que pudimos experimentar
nuevas sensaciones y emociones encima de un “escenario”.
Después de llamadas para coordinarnos, de
dificultades para encontrar sitio para representar.... llegó el día en el que
pudimos pintar una gran sonrisa a los 80 niños con los que pudimos compartir
una tarde inolvidable para todos.
El día empezó a las 9 de la mañana, cargando
coches en la AAAA, trasladándonos a la asociación, adaptando el escenario y la
obra debido a los pocos medios de los que se disponían... Sabíamos que el sitio
no era todo lo maravilloso que habíamos
pensado.., pero el público hizo que fuera una representación maravillosa e
inolvidable.
A las 16 abrimos las puertas y empezaron a entrar
esos 80 niños que nos pintarían una gran sonrisa en nuestros corazones, que
darían sentido a nuestra nueva era de ir repartiendo magia a gente que como
ellos nos dieron mucho más de lo que nosotros esperabamos recibir... Fue una
representación dificil porque suponía estar al 100% para mantener la atención
de los 80 niños, porque suponía adaptar escenas, e incluso adaptarnos nosotros
mismos a esa situación de representar ante un público que comentaba las
escenas, que se movía, levantaba, que participaba continuamente, en
definitivamente estaba viviendo la obra en primera persona, siendo ellos los
verdaderos protagonistas de la obra. Está claro que fue una tarde y
representación totalmente distinta a las
que habíamos hecho hasta el momento..., con un descanso interactivo en el que
les estuvimos pintando, repartiendo narices de payaso y con un final de lo más
especial en el que compartimos la alegría de Godspell bailando con los chicos.
Esa tarde del 20 de
diciembre, fue una de las razones por las que merece la pena seguir hacia
delante con un proyecto tan bonito y enriquecedor como es el regalar y el
compartir la Magia del Teatro.




No hay comentarios:
Publicar un comentario